Ir al trabajo a pie o en bicicleta hace que los trabajadores sean más felices y productivos
En Australia, más de 9 millones de personas se desplazan al trabajo cada día laborable. La distancia que recorren y la forma en que llegan hasta allí -coche, transporte público, bicicleta o a pie- pueden influir en su bienestar y su rendimiento en el trabajo. Nuestro estudio, en el que participaron 1.121 trabajadores a tiempo completo que se desplazan diariamente al trabajo, arrojó varias conclusiones importantes:
Los que se desplazan largas distancias suelen tener más días libres en el trabajo
Entre los trabajadores de mediana edad, los que van a pie o en bicicleta obtienen mejores resultados en el lugar de trabajo.
Los que se desplazan a distancias cortas, a pie o en bicicleta, tienen más probabilidades de ir contentos al trabajo, lo que les hace más productivos.
En Australia, los trabajadores a tiempo completo dedican una media de 5,75 horas semanales a ir y volver del trabajo. Entre ellos, casi una cuarta parte de los desplazamientos al trabajo pueden calificarse de largos (viajes de 45 minutos o más en un sentido). Los desplazamientos largos no sólo causan tensiones físicas y mentales a los trabajadores, sino que también pueden afectar a su participación en el trabajo, su compromiso y su productividad. Y la omnipresente expansión urbana de Australia significa que la mayoría de los trabajadores se desplazan en coche. Pero se ha descubierto que conducir es la forma más estresante de desplazarse al trabajo. Conducir para ir al trabajo se asocia a una serie de problemas de salud y a un menor capital social (redes sociales más pequeñas con menos participación social), todo lo cual afecta al rendimiento y la productividad laboral.
¿Qué analizó el estudio?
Nuestro estudio investigó cómo y hasta qué punto nuestros desplazamientos diarios al trabajo pueden influir en la productividad laboral. Encuestamos a 1.121 empleados de Sydney, Melbourne y Brisbane. Todos ellos trabajan a jornada completa, tienen un lugar de trabajo fijo, se desplazan al trabajo con regularidad y trabajan en distintos sectores y ocupaciones. Descubrimos que los trabajadores con desplazamientos de larga distancia tienen más días de ausencia, como muestra el gráfico siguiente.
Dos razones pueden explicar este resultado. En primer lugar, los trabajadores con desplazamientos largos tienen más probabilidades de enfermar y ausentarse. En segundo lugar, los trabajadores con desplazamientos largos perciben menos ingresos netos (una vez deducidos los gastos de viaje) y disponen de menos tiempo libre. Por lo tanto, es más probable que se ausenten para evitar el coste y el tiempo de desplazamiento. La distancia media de desplazamiento al trabajo en las capitales australianas es de unos 15 km. Los trabajadores que se desplazan a 1 km tienen un 36% menos de días de absentismo que los que se desplazan a 15 km. Los trabajadores que se desplazan a 50 km tienen un 22% más de días de ausencia. Este estudio también concluye que los trabajadores de mediana edad (35-54 años) que se desplazan a pie o en bicicleta -lo que se conoce como desplazamiento activo- tienen un mejor rendimiento laboral autodeclarado que los que se desplazan en transporte público o en coche. Este resultado puede reflejar los beneficios cognitivos y para la salud de los desplazamientos activos. Por último, este estudio concluye que los viajeros de corta distancia y los que realizan desplazamientos activos se sienten relajados, tranquilos, entusiastas y satisfechos con sus desplazamientos al trabajo, y son más productivos.
¿Cómo afectan los desplazamientos a la productividad?
La teoría económica urbana ofrece una explicación de la relación entre los desplazamientos y la productividad. Sostiene que los trabajadores hacen concesiones entre el tiempo de ocio en casa y el esfuerzo en el trabajo. Por lo tanto, los trabajadores con desplazamientos largos se esfuerzan menos o eluden el trabajo al ver reducido su tiempo de ocio. Los desplazamientos al trabajo también pueden afectar a la productividad laboral a través de una peor salud física y mental. La escasa actividad física puede conducir a la obesidad y a enfermedades crónicas relacionadas con ella, lo que reduce significativamente la participación laboral y aumenta el absentismo. El estrés mental asociado a los desplazamientos puede afectar aún más al rendimiento laboral. Un número creciente de estudios ha descubierto que los desplazamientos activos a pie o en bicicleta se perciben como más "relajantes y emocionantes". Por el contrario, los desplazamientos en coche y transporte público son más "estresantes y aburridos". Estas emociones positivas o negativas durante los desplazamientos influyen en el estado de ánimo y las emociones durante la jornada laboral, afectando al rendimiento laboral. Por último, la elección del desplazamiento al trabajo podría influir en la productividad laboral a través de la capacidad cognitiva. La actividad física mejora la función cerebral y la cognición, que están estrechamente relacionadas con el rendimiento. Así que es posible que las personas que se desplazan al trabajo de forma activa tengan una mejor capacidad cognitiva en el trabajo, al menos en las horas posteriores a la intensa actividad física de ir en bicicleta o andando al trabajo.
Los empresarios deben considerar los tipos de desplazamientos como parte de sus estrategias generales para mejorar el rendimiento laboral. Deben tratar de promover los desplazamientos activos y, si es posible, acortar el tiempo de desplazamiento. Por ejemplo, proporcionar aparcamientos seguros para bicicletas y duchas en el trabajo podría aumentar significativamente los desplazamientos en bicicleta al trabajo. En cuanto a los gobiernos, en la mayoría de los estados de Australia, sólo una ínfima parte (menos del 2%) de la financiación del transporte se destina a infraestructuras para bicicletas. En cambio, en los Países Bajos, la mayoría de los municipios tienen asignaciones presupuestarias específicas para aplicar políticas ciclistas. Australia debería destinar más fondos de infraestructuras de transporte a los desplazamientos activos, dados los beneficios económicos de ir al trabajo a pie o en bicicleta. Liang Ma, Becario de Investigación Postdoctoral del Vicerrectorado, Universidad RMIT y Runing Ye, Research Fellow, Melbourne School of Design, Universidad de Melbourne Este artículo ha sido publicado por The Conversation bajo licencia Creative Commons. Lea el artículo original.